Concertación y negociación: comprender, dialogar, construir juntos
En los proyectos territoriales, medioambientales o de desarrollo, las decisiones ya no pueden imponerse de forma unilateral. Los actores, ya sean ciudadanos, instituciones, empresas o asociaciones, esperan ser escuchados, consultados e implicados. Por lo tanto, hay dos enfoques que resultan esenciales: la concertación y la negociación. Aunque a menudo se confunden, son complementarios y forman parte de dinámicas diferentes.

La concertación: abrir el diálogo y compartir la información
La concertación es, ante todo, un proceso de diálogo abierto. Permite:
- Involucrar a las partes interesadas en las primeras fases de un proyecto.
- Compartir información de forma transparente, para que todos dispongan de las mismas bases de reflexión.
- Recoger las expectativas, inquietudes y propuestas de los diferentes actores.
- Identificar las convergencias y divergencias, no para resolverlas inmediatamente, sino para ponerlas de relieve.
La concertación no conduce necesariamente a un acuerdo. Su función es crear un clima de confianza y preparar el terreno para la toma de decisiones compartidas.
Ejemplo: en un proyecto de urbanismo, la concertación puede adoptar la forma de talleres ciudadanos, reuniones públicas o plataformas participativas. El objetivo es escuchar a los habitantes sobre sus usos cotidianos, sus necesidades, pero también sus temores ante los cambios.
La negociación: transformar el diálogo en compromisos concretos.
La negociación interviene en una segunda fase, cuando es necesario acercar posiciones diferentes. Implica:
- Establecer claramente los objetivos y las limitaciones.
- Reconocer los intereses de las otras partes y tratar de comprenderlos.
- Identificar los márgenes de maniobra y los compromisos aceptables.
- Formalizar acuerdos concretos que comprometan a las partes interesadas.
La negociación es, por lo tanto, un proceso más estructurado y orientado a la toma de decisiones. Su objetivo es alcanzar un compromiso que, si bien no es perfecto para todos, sea aceptable para todos.
Ejemplo: en una negociación sobre un plan de gestión de residuos, las autoridades locales pueden buscar un acuerdo con asociaciones locales y empresas privadas para establecer un reparto claro de responsabilidades (recogida, clasificación, financiación), con el fin de que el sistema sea viable y equitativo.
Dos enfoques complementarios
La concertación y la negociación no son opuestas, sino que se complementan.
- La concertación sienta las bases: comprensión compartida, transparencia, escucha mutua.
- La negociación transforma esta materia en decisiones y compromisos.
Podría decirse que la concertación es el espacio del diálogo exploratorio, mientras que la negociación es el espacio del compromiso decisorio.
¿Por qué son esenciales hoy en día?
En un mundo en el que los proyectos afectan a múltiples actores y en el que la legitimidad de las decisiones se basa cada vez más en la participación, estos dos enfoques se han vuelto indispensables.
Permiten:
- Evitar los bloqueos relacionados con la falta de escucha.
- Reforzar la legitimidad de las decisiones gracias a la adhesión de los actores implicados.
- Garantizar una mejor apropiación de las soluciones a largo plazo.
Conclusión
La concertación y la negociación son dos herramientas clave para una gobernanza moderna y compartida.
La concertación permite abrir el campo de posibilidades y dar voz a todos. La negociación, por su parte, permite transformar esta riqueza en decisiones concretas y equilibradas.
Juntas, garantizan proyectos más sólidos, más legítimos y mejor aceptados por quienes tendrán que vivirlos a diario.
¿Cómo puede ayudar la lógica difusa en estos procesos?
Cada actor del proceso de concertación y/o negociación llega a la mesa con su propia visión del territorio en cuestión. Esta visión es el resultado de:
- una serie de parámetros «objetivos» percibidos a través de un prisma «subjetivo» propio de cada actor;
- una evaluación, igualmente subjetiva, de estos parámetros para cada zona del territorio.
Los intercambios y el debate se centrarán en estas visiones «finales» divergentes.
Un trabajo previo con cada actor puede permitir:
- pasar de un valor umbral de los parámetros a atributos difusos que permiten cuantificar las diferencias de percepción entre los actores,
- determinar el tipo de agregación para cada parámetro y detectar cuándo los parámetros no tienen la misma importancia y el tipo de agregación (media, optimista, pesimista) realizada por cada actor.
Con esta información, el debate puede centrarse en los verdaderos puntos de divergencia, en lugar de en el resultado final.
Concertación, un ejemplo desarrollado
El objetivo de la concertación no es decidir de inmediato, sino establecer un intercambio de puntos de vista, explicar los razonamientos y poner de manifiesto las diferencias de percepción.
En nuestro caso, la lógica difusa aporta una herramienta poderosa: permite medir el grado de pertenencia de una zona a una categoría determinada (por ejemplo, «favorable», «desfavorable», «en riesgo»), en lugar de obligar a cada actor a clasificar bruscamente las zonas como «buenas» o «malas».
Así, si un actor adopta una agregación optimista, destacará todas las zonas que tengan incluso un bajo potencial positivo, mientras que otro, más pesimista, insistirá en las incertidumbres y los riesgos. Gracias a la representación difusa:
- No se comparan mapas «en blanco y negro», sino superficies en las que se aprecian los matices.
- Se pueden cuantificar las diferencias de percepción entre los actores: por ejemplo, en una misma zona, uno considera que hay una pertenencia de 0,8 a lo «favorable», mientras que otro solo le atribuye un 0,3.
- El debate puede entonces centrarse no en el resultado final («favorable» frente a «desfavorable»), sino en el motivo de estas diferencias: ¿está relacionado con la importancia que se da a tal parámetro? ¿Con el tipo de agregación elegido? ¿Con una interpretación diferente de los datos básicos?
El objetivo de la concertación se vuelve entonces más claro: llevar progresivamente a cada actor a acercarse a una visión común, que no será ni estrictamente optimista ni estrictamente pesimista, sino una visión intermedia reconocida como un compromiso inicial.
Si retomamos el ejemplo del artículo «Del análisis booleano a la lógica difusa en un SIG: un ejemplo concreto», y suponemos que dos actores tienen una visión completamente divergente, uno optimista y otro pesimista:


El objetivo que podemos fijarnos es, a través del debate, lograr que cada actor se acerque a una visión media.

Negociación, un ejemplo desarrollado
La negociación es una etapa más comprometida: ya no se trata solo de compartir y comparar visiones, sino de tomar decisiones que implican concesiones recíprocas.
Una vez más, la lógica difusa permite objetivar las zonas de conflicto. Gracias a los grados de pertenencia, se pueden identificar:
- las zonas muy favorables para un actor y muy desfavorables para el otro → son los verdaderos puntos de tensión,
- las áreas en las que las evaluaciones son similares → estos son los puntos de consenso implícitos, que no requieren largas discusiones,
- las áreas intermedias → que pueden convertirse en el terreno privilegiado para los compromisos.
Tomemos el ejemplo de dos actores: uno optimista y otro pesimista.
- El optimista quiere obtener el máximo número de áreas con una pertenencia cercana a 1 («muy favorables»).
- El pesimista, por el contrario, quiere conservar las áreas en las que percibe un alto riesgo («muy desfavorables»).
Una simple consulta SQL permite detectar las áreas más conflictivas: las clasificadas como muy favorables (verdes) por el optimista y muy desfavorables (rojas) por el pesimista:
SELECT o.geom,
o.intopt2_agg,
p.intpes2_agg
FROM plugin.intopt2_agg o
JOIN plugin.intpes2_agg p
ON ST_Equals(o.geom, p.geom)
WHERE o.intopt2_agg > 0.875
AND p.intpes2_agg < 0.125;

Estas áreas se convierten entonces en la materia prima de la negociación:
- ¿Realmente debemos conservarlas o explotarlas?
- ¿Podemos imaginar un escenario alternativo que reduzca los riesgos percibidos y satisfaga al mismo tiempo parte de las expectativas?
- ¿Qué compensaciones se pueden ofrecer?
Al revelar con precisión estas áreas de tensión, la lógica difusa evita que la negociación se empantane en debates generales. Centra la discusión en los verdaderos puntos de desacuerdo y ayuda a formular compromisos más racionales y mejor aceptados.les véritables points de désaccord et aide à formuler des compromis plus rationnels et mieux acceptés.